Muchas
veces, nuestra actitud hacia un nuevo concepto que se pone de moda suele ser la
indiferencia, esperando que sea sólo una moda pasajera más sin ninguna
trascendencia. Quizá muchos habréis podido tener esta actitud hacia algo que se
empieza a escuchar cada vez más, 'Los servicios de la nube'. Si os ha
pasado, creo que habéis tomado una actitud equivocada, y voy a intentar
demostrar en este artículo por qué.
Aunque
nos intentemos engañar y evitemos que este concepto tan de moda entre en
nuestras vidas, hace tiempo que entró, y me atrevería a decir que prácticamente
el 100% de los usuarios de internet, en mayor o menor medida, está en la nube.
¿Usas Facebook, Twitter, Youtube? O más simple aún... ¿Usas correo electrónico,
Gmail por ejemplo? Entonces estás en la nube. Empecemos definiendo qué es la
nube para entender a qué me refiero.
El concepto de 'La nube', hace
referencia a un modelo de prestación de servicios a través de
internet, que permite al usuario acceder a una serie de recursos para poder
almacenar y procesar sus datos en internet. Podemos usar como símil el
funcionamiento de un disco duro externo para entender bien el concepto.
Utilizamos un disco duro externo para almacenar una serie de
datos porque, o bien no poseemos de suficiente espacio en nuestro ordenador o
bien porque necesitamos transportar una serie de datos y evitar tener que
transportar el ordenador. Pues bien, el funcionamiento de la nube es
exactamente el mismo. Cuando alojas tus datos a través de alguna plataforma en
la nube, puedes beneficiarte de ese espacio extra de almacenamiento a la vez
que puedes acceder a ellos desde cualquier lugar con acceso a Internet.
Puedes acceder a todos tus documentos, tus fotos o tus vídeos simplemente
con un acceso a la red. Visto de esta manera, no suena tan mal ¿verdad?
Ya estás usando la nube cuando mantienes
tus correos electrónicos archivados en la bandeja de entrada, o cuando publicas
un álbum de fotos en Facebook. Si ya estás en ella, ¿Por qué no sumergirte un
poco más? Privacidad, complejidad, precio, propiedad.... ¿Son éstas tus
barreras psicológicas?
- Privacidad.
Evidentemente, el simple hecho de estar en la nube te hace vulnerable a
que algún hacker pueda acceder a tu información en un momento determinado.
Sin embargo, cada vez hay más empresas que ofrecen servicios en la nube, y
entre ellas la principal competencia que tienen es ser más seguros que el
resto. Por tanto, la nube cada vez presenta menos riesgos en cuanto a
violación de la privacidad se refiere, y ésto no debería suponer ningún
obstáculo para empezar a usar sus servicios en profundidad.
- Complejidad. ¡No te equivoques! Las empresas que ofrecen servicios en la
nube buscan hacernos la vida más fácil. Toda interfaz usada por
primera vez puede parecer a priori compleja. Utilízala una segunda vez,
y verás como todo se presenta de una manera muy simple e intuitiva.
- Precio. Esto
quizá sí pueda llegar a suponer un pequeño problema. Las opciones de
gratuidad son limitadas, sobre todo en los empresas más conocidas, como
por ejemplo Dropbox o Spotify. Sin embargo, estos ofrecen
siempre un paquete limitado de forma gratuita. La competencia entre
empresas que comercializan en la nube aumenta cada día, lo que hace que la
barrera del precio se debilite y en un corto-medio plazo, esto ya no podrá
ser algo con lo que compitan.
- Propiedad. Las
cosas que almacenas en la nube siguen siendo de tu propiedad. Al alojarlas
en la nube simplemente cedes el derecho de almacenamiento a un tercero,
pero en ello no va implícito el cese de su propiedad.
Estas cuatro barreras psicológicas no son
nada si lo comparas con la multitud de ventajas asociadas a
tener tus datos en la nube: evitas la pérdida de datos, ganas espacio de
almacenamiento en tu ordenador, tienes libre acceso a tu información
desde donde quieras y un largo etc adaptable a las necesidades de cada
internauta.
Termino usando el mismo símil que antes.
El disco duro externo surgió como algo novedoso, se puso de moda y poco a poco
ha ido sustituyendo a los CDS y DVDs como formas de almacenamiento, que a su
vez sustituyeron en su día a los disquetes. Si seguimos la cadena hacia delante,
la Nube acabará sustituyendo por completo a los discos duros. Por tanto, cuanto
antes asimilemos el concepto y empecemos a explotarlo, antes podremos
beneficiarnos de todas sus ventajas.
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